“Oikocredit es una entidad financiera sólida, no una ONG que nos pide ayuda para personas necesitadas. Es ahorro real y seguro”
Beatriz Blesa, socia de Oikocredit
Mi mujer y yo hemos apostado por Oikocredit Sevilla animadas por un amigo que nos merece toda nuestra confianza, especialmente cuando se trata de finanzas éticas.
Nuestro amigo nos recuerda constantemente que la economía es también expresión de la apuesta por la justicia y por el amor hacia las personas más desfavorecidas, en la línea que marca el papa Francisco en sus encíclicas y, especialmente, en Laudato SI.
Formar parte como socias de Oikocredit supone unirse a una familia que cree en la comunicación de bienes, que considera que buscar el propio beneficio no tiene por qué estar alejado de buscar también el beneficio de las personas más desfavorecidas, que tienen así la posibilidad de desarrollar proyectos económicos en condiciones justas.
Lo que más me ha sorprendido es la capacidad de Oikocredit de evolucionar; evolucionar en el modo en que se pone en contacto con sus socios y socias para compartir los proyectos comunes en los que estamos todas y todos involucrados; darnos a conocer, no sólo esos proyectos, sino el mundo de la economía social y solidaria, de modo que vayamos más allá de dónde colocamos nuestro dinero sino también qué estilo de consumo queremos ir viviendo.
Nos resulta enormemente enriquecedor abrir las ventanas de lo que es una realidad a veces sentida como ajena, como son las cuestiones financieras, para comprender que se trata de pequeñas decisiones cotidianas: dónde tengo mi dinero, a dónde va, en qué se invierte, con quiénes puedo colaborar cotidianamente para que el mundo en el que vivo desarrolle relaciones de justicia, equidad, respeto al medio ambiente, economía circular, etc.
Oikocredit, con sus informaciones periódicas, nos permite agrandar esa visión y nos ofrece ideas para vivir la solidaridad.
En primer lugar, una visión alternativa de las finanzas. No estamos condicionados a un modelo económico que sólo me invita a sacar provecho de mis inversiones sin mirar hacia dónde se dirigen, en qué se invierten, qué hacen con nuestros pequeños o grandes ahorros las grandes entidades.
No, las finanzas pueden servir para que personas de diferentes lugares, en condiciones de vulnerabilidad, puedan tener la oportunidad de lanzar sus pequeñas empresas en condiciones justas y no draconianas, empresas que además se ponen en marcha respetando el medio ambiente, el entorno, los derechos laborales.
De esas empresas y proyectos se hace seguimiento, se acompañan para que tengan posibilidades de lograr el éxito y cada éxito revierte en Oikocredit para seguir poniéndose al servicio de otras personas en otros lugares.
En segundo lugar, apertura hacia un nuevo modelo económico, la red de economía social, formada por pequeñas empresas de nuestro entorno con las que podemos entrar en contacto y desarrollar un modelo social y económico diferente al impuesto por nuestro sistema capitalista salvaje; un modelo humano, respetuoso con el medio ambiente, que busca favorecer las redes sociales, la cercanía.
En este tiempo de pandemia en el que las grandes multinacionales buscan hacer su agosto al tenernos confinados y facilitarnos ventas baratas por Internet, el acercarnos a una economía de proximidad es siempre una gran ayuda.
Conocer más nos hace más dueñas de nuestra vida y nos ofrece realmente la posibilidad de elegir lo que consideramos más conveniente y más acorde con nuestras opciones vitales, no lo que nos resulta más sencillo porque se nos dé masticado.
Posiblemente, la gente no sepa que Oikocredit es una entidad financiera sólida, no una ONG que nos pide ayuda para ofrecerla a otras personas más necesitadas. Es una oportunidad de ahorro real y segura. La gran diferencia con otras entidades financieras es que en Oikocredit sabes realmente en qué se invierten tus ahorros y puedes estar segura de que su destino busca el bien de pequeñas empresas que podrán contar con créditos para poner en marcha sus proyectos en condiciones justas.
Y cuando digo que es una entidad financiera sólida, quiero decir que sus productos están avalados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y que cumple con todos los requisitos legales de una empresa financiera.
Y es que ser solidario y consciente de la importancia de nuestras opciones financieras no significa dejarnos en manos de un grupito de amigos y colegas que nos hablan de los beneficios de una entidad que han montado ellos en sus ratos libres; para nada, hablamos de una financiera creada por técnicos, sólo que en vez de ponerse al servicio de los intereses de las grandes multinacionales del sector han creído que sus convicciones personales más profundas podían y debían traducirse en decisiones que afectaran a las inversiones de capital.