CONCRECES: Una empresa de sombreros que apoya a su gente

Financiación de pequeñas empresas
Concreces ofrece préstamos a empresarios que desean poner en marcha sus empresas, como Moisés Genaro Sánchez, un empresario de Oaxaca dueño de una fábrica de sombreros que opera bajo el nombre comercial de Sombreros Sánchez. Moisés compra sombreros de miles de productores que utilizan 14 tipos diferentes de paja para fabricar los sombreros a mano. Muchos de los productores trabajan principalmente en sectores primarios como el agrícola, y el tejido les brinda un ingreso adicional. La mayoría de los productores teje de cinco a seis sombreros por día.

Los sombreros como moneda
Sombreros Sánchez tiene un sistema logístico que es ingenioso y barato. Cuando cada uno de los productores termina 20 o 30 sombreros, puede venderlos en las tiendas del pueblo o canjearlos por alimentos. Los dueños de las tiendas, a su vez, utilizan los sombreros como moneda para pagar a sus proveedores o venderlos para obtener ganancia. Luego los proveedores venden los sombreros a la fábrica de Moisés en Oaxaca, donde más de 20 empleados procesan los sombreros.

En la fábrica, los sombreros se ponen en una máquina de moldeo y luego se cortan las hojas que sobran. Para finalizar, se les ata una cuerda o una cinta alrededor. El año pasado se imprimieron alrededor de 20 000 cintas en la fábrica, que se cosieron en los sombreros para Guelaguetza, el festival anual más importante de Oaxaca. Moisés vende los sombreros a US $0,80 cada uno, y los productores reciben aproximadamente US $0,40 por sombrero. Sombreros Sánchez no obtiene ganancias con márgenes amplios, sino más bien con un volumen de ventas elevado: de 7000 a 8000 sombreros por mes.

Sobrevivir a la crisis
El abuelo de Moisés fundó la empresa en la década de 1940, con una máquina de coser y una máquina de moldeo que podía crear tres modelos. En la década de 1960, el padre de Moisés aumentó la producción y despachó a vendedores con camiones llenos de sombreros al campo para venderlos en las afueras de Oaxaca. Este sistema funcionó bien hasta la década de 1990. Con la crisis del peso mexicano en 1994, la venta de sombreros cayó.

Un capital muy necesario para Sombreros Sánchez
De no existir Concreces, Sombreros Sánchez habría tenido que empezar desde cero. Moisés explica: «Tal vez no hubiéramos quebrado, pero habríamos vuelto a ser una empresa diminuta». Con el capital de trabajo que le brindó Concreces, Sombreros Sánchez pudo soportar las épocas difíciles y pagar los productos por adelantado para mantener la producción a un nivel constante. Gracias a ello, las ventas se ampliaron a nivel internacional a Francia, Argentina, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Canadá y los Estados Unidos.

Ayudar a la gente
Sombreros Sánchez ha crecido hasta transformarse en el segundo productor de sombreros de paja de México. Al vender sus sombreros a US $0,80, Sombreros Sánchez puede continuar siendo un negocio competitivo y, al mismo tiempo, pagar a los productores un precio justo. A través de Sombreros Sánchez, Moisés puede seguir cumpliendo su objetivo de ayudar a las personas de manera sostenible.

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